Era el 25 de marzo y como todas las mañanas, William Flores Cuayla de 41 años, se preparaba para tomar su desayuno. Sin percatarse de que se estaba produciendo una fuga de gas en el balón de su cocina, William la prendió, y de inmediato una explosión lo lanzó a metros de distancia.
Con ayuda de los bomberos, fue trasladado a un hospital en la ciudad de Ilo (Moquegua), pero por la gravedad de las quemaduras tuvo que ser referido a la Clínica San Pablo Arequipa. Su diagnóstico de ingreso fue lesiones graves de quemadura de segundo y tercer grado por fuego directo en el 80 por ciento de su cuerpo, es decir, un gran quemado.
Según el Dr Salvador Rodriguez Suca, especialista en cirugía plástica y reconstructiva, el paciente tuvo que ser estabilizado y luego intervenido por cirujanos plásticos para retirar el tejido quemado y realizar las curaciones en sala de operaciones, hasta en 12 oportunidades.
“El señor Flores llegó con el 80% de su cuerpo quemado que lo ponían en un estado de gravedad. Fueron 44 días que pasó en la Unidad de Quemados, entubado con ventilación mecánica y sedado porque este tipo de emergencias pueden provocar múltiples complicaciones que agravan el estado de salud del paciente”, refirió el Doctor.
El especialista añadió que gracias al manejo multidisciplinario, se lograron buenos resultados que permitieron su alta. En ese sentido, señaló que existe un trabajo coordinado entre el equipo de emergencia, de cirugía plástica, nutrición, terapeutas ocupacionales, además de las enfermeras y técnicas.
Por su parte, Don Willian Flores, mira la vida con optimismo y seguro de que Dios le ha dado una segunda oportunidad. “Cada vez que entraba a sala de operaciones escuchaba la voz del doctor que me animaba para mi recuperación. Estoy muy agradecido con él, con las enfermeras, con mis compañeros y sobre todo con mi familia, que han sido mi mayor soporte”, mencionó emocionado antes de ir a casa.