Crónica
Al principio de la pandemia de la COVID-19 todo era incierto, no sabías si perderías el año educativo o no, tal vez muchos de ustedes se preguntaron ¿Qué tan difícil puede ser estudiar vía online? Posiblemente más complicado de lo que imaginabas. Luis, es un estudiante de tercer año de la carrera de medicina de la Universidad Nacional de San Agustín y se hizo la misma interrogante una y otra vez.
¿Meet?, ¿Zoom?, ¿clases virtuales? Como asimilar todo y no morir en el intento parte I. Los primeros días de las prácticas empezaron en enero de 2021 y no en 2020 como normalmente debió ser ¿Por qué? Simple, fue por la pandemia de la COVID-19. Iniciaron con “Semiología”, curso que es técnicamente la semilla de la profesión, donde se hace la historia clínica y se desarrolla la anamnesis (preguntas del Dr. hacia el paciente) y se crea un vínculo con ellos.
Pues es aquí donde el dicho… ¡Al mal tiempo buena cara! Toma más fuerza que nunca. Llego momento de que los 112 estudiantes de medicina, Luis entre ellos, se dividan en grupos de 4 integrantes con el objetivo de que los doctores tomen el papel de tutores y compartan sus conocimientos en radiología, cardiología, neurología y laboratorio.
“Los primeros días fueron extraños, teníamos un listado de un sin fin de preguntas de los cuales en su momento puede que no tuvieran sentido. Sin embargo, en la medida que explicaban todo empezaba a tener sentido” expresó, Luis, entre risas de confusión y alegría a la vez, de esas veces que no sabes si reír o llorar.
Luis, a la segunda semana de clases se preguntaba ¿Cómo iban a realizar el curso? Si tenían que interactuar con pacientes y por obvias razones no iban a poder. Es aquí donde juega un rol importante el doctor asignado del curso, en este caso doctora. Quien tomo el papel de tutora y paciente al mismo tiempo, realizaban la clásica rutina de preguntas y respuestas donde el reto era dar el diagnóstico adecuado.
— ¡Era muy tedioso! — decía Luis—.
La doctora se desenvolvía bien en su papel de paciente y les decía a sus estudiantes que hay personas que no querrán expresarse libremente tal vez por vergüenza o diferentes motivos y esa era la esencia del curso, tratar de buscar síntomas y signos para un adecuado tratamiento.
La tercera semana de clases fue el mismo pin pon de preguntas y respuestas con la diferencia que ahora las preguntas cambiaban en el caso hipotético de un paciente que accedía por emergencia o por consulta externa. Al llegar el alba de la cuarta semana los roles cambiaron y la doctora cedió el papel de paciente a los futuros galenos dándoles un cuadro clínico que tenían que interpretar y seguidamente los estudiantes realizaban historias clínicas mientras la doctora los evaluaba.
A la par del curso de Semiología y otras asignaciones, Cardiología, es uno de los más importantes y básicos. Las primeras clases fueron teoría respecto a patologías cardíacas y cuáles eran los posibles síntomas y como se presentarían en las personas. En el curso el instrumento básico era un estetoscopio el cual se aplicaba en los pacientes para escuchar los latidos del corazón y si es que había posibles anomalías. Entonces en épocas de distanciamiento social y prácticas nulas en un hospital ¿cuál sería la solución? Las grabaciones de ruidos cardiacos anómalos fue la respuesta y como instrumento de trabajo los audífonos.
Sin embargo, basto unos cuantos días para que la tranquilidad de poder hacer un curso satisfactoriamente vía online se esfumara, empezaron el curso de Neurología. Cabe resaltar que las complicaciones no fueron precisamente por los temas a desarrollar sino por la cantidad de alumnos en un solo grupo, 112. Y como es costumbre en clases virtuales o presenciales si quieres tu punto extra debes participar, las intervenciones oscilaban entre la puesta de sol (5 o 6 de la tarde) hasta la media noche, largas horas de estudio pero no podían quejarse.
Las prácticas de Luis tuvo altas y bajas, hubo días que estaba con el estrés al tope por la incertidumbre de estar en una pandemia que ha estancado proyectos, sueños, viajes, graduaciones, reuniones familiares y sobre todo puso en pausa el fin de una sociedad “el ser gregario”. No obstante, a pesar de las dificultades pudo terminar las prácticas con buenas calificaciones, el mes más cansado de su vida, ¡Sí! ¿El ultimo? ¡No! Aún tenemos pandemia para rato.