El fatídico accidente de un bus interprovincial Reyna en el sector denominado Ccapo, provincia de Caylloma, dejó un saldo devastador: cinco personas fallecidas y 37 con diversas lesiones. Entre los afectados se encuentra doña Virginia Chipa de Chauca, de 65 años, cuya hija Beatriz lamenta que la noticia de los médicos confirma que su madre quedará inválida debido a daños en la columna vertebral, privándola de la capacidad de caminar.
Virginia Chipa, residente de Orcopampa, estaba en Arequipa visitando a sus hijos y buscando atención odontológica por dificultades al comer. El trágico accidente truncó su regreso a casa, donde se dedica al pastoreo de ganado. Esta situación representa un desafío adicional para una mujer acostumbrada a la vida activa en el campo.
La familia de Chipa exige a la empresa del bus asumir todos los costos asociados con el accidente. El vehículo, conducido por Eder Yahuayri Limer, de 38 años, perdió el control y cayó por una pendiente de unos 5 metros mientras se dirigía de Arequipa a Orcopampa. El conductor está bajo custodia y es investigado por homicidio culposo.
El relato de un pasajero sobreviviente revela que un montículo de tierra detuvo la caída del bus, evitando una tragedia aún mayor. Sin embargo, cinco personas quedaron atrapadas entre los fierros de la unidad, confirmando el trágico desenlace para algunos ocupantes del vehículo.
La Unidad de Prevención de Accidentes de Tránsito (UPIAT) investiga este incidente, que dejó una dolorosa estela de pérdida y lesiones. Mientras tanto, las familias afectadas se enfrentan a un futuro incierto, marcado por la tragedia y la incertidumbre sobre la recuperación de los heridos y la adaptación a las consecuencias de este lamentable suceso.