“No se dejen aprisionar por estas paredes. No encarcelen su corazón, su alma”, fueron las palabras que ofreció Mons. Javier a las internas del Penal de Mujeres de Socabaya, en la Misa que, con motivo de la cercanía del Día de la Madre, presidió este miércoles 10 de mayo en el patio central del reclusorio.
“El cuerpo podrá estar limitado por las paredes, pero su alma es libre. No hagan una cárcel de su corazón. Permanezcan unidas al amor de Dios, como nos ha dicho Jesús en el Evangelio. Aliméntense de su Palabra y de los sacramentos. Dios nunca nos mira como a personas que porque han cometido algún delito o pecado ya son irrecuperables. ¡No! Dios nos mira con amor. Las mira como hijas suyas, porque ustedes son más que sus pecados”, animó a las más de 170 internas presentes.
Mons. Javier Del Río alentó también al personal que trabaja en este centro, como agentes del Instituto Nacional Penitenciario, personal administrativo y voluntarios que con gran dedicación y entrega se encargan de cuidar a las internas y las ayudan en su reinserción a la sociedad.
Concelebró la Misa el P. Juan Carlos Armejo, Capellán del Penal y los PP. Bernardo Cerpa y Josué Castillo. Participaron también la Directora Regional del INPE, Lic. Jenny Ramos Sosa, la Directora del Penal, Lic. Eliana Zapana Quispe, y otras autoridades, así como algunos familiares de las reas y miembros de la Pastoral Arquidiocesana de Cárceles.
Cabe destacar el permanente acompañamiento que realizan los agentes de esta pastoral en ambos centros de reclusión, quienes mantienen viva en los internos la esperanza del Evangelio de la Misericordia asistiendo cada semana para darles catequesis o acompañarlos en las celebraciones litúrgicas.