Una inesperada partida llena de dolor

Si hay un dolor que no discrimina a nadie y quiebra hasta al hombre más fuerte, es la muerte de un ser querido. Antes de la pandemia, este dolor era incluso menos, ya que muchas personas podían despedirlos con todas sus creencias y costumbres. Esa acción era como una dosis para calmar el vacío.

Todo eso cambió de manera radical con la pandemia. Los primeros fallecidos no dejaron ni rastro de su paso por la tierra. Fueron cremados y no dejaron ni alguna cruz en algún cementerio. Muchos de ellos tenían cientos de amigos que en otro contexto hubieran estado presentes en el último adiós.

Es el caso de Sergio Gallegos Zapana, un notable vecino de la Tomilla de Cayma (Arequipa). Era el tercero de 8 hermanos, y muy querido y respetado por su familia, amigos y comunidad. Falleció a sus 71 años este 30 de julio, y tuvo una despedida de solo 5 familiares. Muchos se enteraron tarde y otros no pudieron asistir a la despedida por los protocolos de bioseguridad.

Al escribir su nombre en las redes sociales, solo se verá mensajes llenos de agradecimiento y buenos recuerdos. Todos son muy conmovedores y esta es una de ellas.

Una breve despedida de sus seres más cercanos.

«Fue un hombre a carta cabal, con defectos como todos ser humano, pero sobre todo con miles de virtudes que resaltar. Buen padre, buen esposo, solidario. Algo increíble era que siempre se preocupaba por los demás, siempre escuchando a las personas, era desprendido. Hombre notable y querido de La Tomilla, dio mucho por su pueblo pero hizo más por la gente que necesitaba. Por eso hoy todo aquel que lo conoció llora su partida, porque nos hicimos a la idea que todo iba a salir bien. Nos ilusionados a pesar de que sabíamos cuál era el final. Nos costó comprender que sus alas estaban listas para volar, pero nuestros corazones no estaban preparados para verlo partir. Solo resaltar de todo esto que cuando sientas la necesidad y las ganas de hablar con un ser querido más aún si esta mal, no te reprimas, no te contengas por prudencia, miedo o temor, hazlo, toma el teléfono y llámalo, tal vez esa llamada lo lleve de fuerzas para luchar contra este virus, tal vez tus palabras sean la mejor medicina y el antídoto a todo dolor depresión y virus. Llamen a sus familias enfermos demuestren cuando les importan», escribió uno de sus familiares.

Nunca supieron como se contagió

Por más indagaciones que su familia realizó para saber como se contagió, nunca llegaron a saber cómo pasó. Lo único cierto es que hace 3 semanas tuvo una caída y se lastimó la cadera, y luego empezó a hacer fiebre y sentirse mal. Lo llevaron a la clínica, le hicieron la prueba rápida y salió negativo.

Le hicieron una tomografía y salió manchas en el pulmón, y por precaución lo llevaron a casa. Su médico de cabecera aconsejó aislarlo y empezó un tratamiento preventivo a Covid-19. Así transcurrieron los días y cuando ya se le veía recuperado, de un momento a otro dejó este mundo.

Muchos de sus seres queridos, como su sobrina Andrea Gallegos, se quedaron con muchas palabras que le querían decir. Pensaban hablar con él cuando se recupere completamente y ese momento nunca llegó.

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«Tontamente creí que no era el momento oportuno de llamar y decirle padrino como te sientes? Solo esperaba y me ilusionaba que se mejoraría pronto y podría llamarlo. Cosa que nunca llegue a hacer y no sabe como me arrepiento, y me siguen cayendo las lágrimas al escribir esto, porque día tras día me decía lo llamaré hoy, no mejor espero que este mejor para no ser inoportuna… Y mira me quede con las palabras en silencio y un grito de dolor desesperado por no atreverme a marcar su número», nos dice.

Si hay una lección que su familia aprendió, es que nunca hay que esperar el mañana para decir cuanto queremos a nuestros seres queridos. Por más que toda la familia quiso acompañar luego en el entierro, solo los más cercanos lo hicieron para cumplir con los protocolos.

Es por ello que muchos usaron sus cuentas de Facebook para recordar a su modo a Sergio Gallegos, más conocido como el «tio Pedro«. Así sea un extraño lo llamaban así, debido a que en realidad era eso. Un tio a quién podías pedir ayuda y recibirla.

«Sergio Gallegos Zapana nació un 13 de abril de 1949 en el distrito de Huanca, se crió en su querido pueblo La Tomilla el cual nos enseñó a querer y a sentirnos orgullosos de donde somos. Fue deportista destacado en su colegio militar Francisco Bolognesi. Con los años se casó con Frida y formaron su hogar sólido con 4 hijos. Fiel trabajador de tu querida empresa cervecera, fue jubilado y agasajado con mucho cariño por sus compañeros por su más de 35 años de servicio.

Fue un devoto de la ayuda social y sus actos hablaron por fiel seguidor de la iglesia de su pueblo santísima Cruz de La Tomilla, jugador y dirigente del club del cual fue hincha; Juvenil Andino. Muy pegado también a las costumbres su su esposa, querido y respetado por el pueblo de alca del cual fue directivo en varias gestiones. Fue presidente del club La Unión», escribió otro familiar. Hasta el párroco de la iglesia tuvo unas palabras hacia el «tio Pedro«.



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