Familiares del albañil Jaime Huancollo Huanco de 24 años de edad, decidieron donar sus riñones y así salvar una vida de un paciente del hospital EsSalud Carlos Alberto Seguín Escobedo de Arequipa. El obrero tenía muerte cerebral, y solo se mantenía con vida gracias a un respirador artificial.
Para ello, el cuerpo de Jaime fue llevado desde el hospital Goyeneche al EsSalud Central, debido a que este tipo de transplantes, se requiere de equipos y médicos especialistas que solo hay en este establecimiento. Toda esta intervención se realizó el lunes en la noche, y ayer miércoles su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Miraflores.
Jaime Huancollo, era viudo. Perdió a su esposa hace seis meses, debido a que ella padecía de diabetes. Desde entonces se convirtió en padre y madre para sus hijas de 24 años y 15 años, y el único sustento para los gastos de estudios y alimentación.
Si bien el obrero asistió a una fiesta chicha que se desarrolló el domingo 26 de junio en un bar clandestino de la Av. San Martin de Miraflores, propiedad de Violeta Muñoz Apaza (44), los sucesos que llevaron a su muerte, no son muy claros.
Familia exige investigación sobre su muerte.
En un primer instante, los agentes de Homicidios de Arequipa detuvieron a la propietaria del bar por el presunto delito de Lesiones Graves, pero el martes la mujer quedó libre. Ella aseguró que no vio nada, y que posiblemente el albañil se haya caído de las gradas.
Según la necropsia al cuerpo de Jaime Huancollo, la causa de muerte fue por traumatismo craneo encefálico cerrado y hemorragia subaracnoidea. Es decir, el daño que tenía en la cabeza fue letal.
Aunque para los investigadores su muerte sería accidental (presumen que se cayó de las gradas), para los deudos se trata de un hecho criminal. Sospechan que lo mataron al golpearlo con objeto contundente o lo pudieron empujar de las gradas. Por eso piden una profunda investigación y además, cerrar el local clandestino que funciona hace 5 años y está a metros de la comisaría de El Porvenir.
Los familiares y vecinos pidieron justicia con el féretro presente en el bar clandestino.
Antes del entierro, su ataúd fue llevado al frontis del local donde apareció inconsciente, exigiendo su cierre definitivo y también justicia para el albañil. No están convencidos con la declaración de la propietaria y presumen que si le causaron daños irreversibles dentro del local.
Su cuerpo fue hallado el domingo en la noche en la vereda del local, y fue llevado al hospital Goyeneche por los policías y serenos. Desde entonces estuvo con muerte cerebral y nadie quiere decir que le pasó realmente al obrero.